Tratamiento

Estrategias Farmacológicas

La intervención farmacológica en el tratamiento de la hipertensión arterial debe estar orientada a disminuir las cifras tensionales a valores en los cuales no se comprometa la perfusión orgánica, se preserve o restablezca la adecuada función de los órganos vitales como cerebro, riñón, corazón y vasos sanguíneos, además de proporcionar al paciente una mejoría en su calidad de vida y ser accesible al presupuesto de las mayorías. Resulta muy difícil reunir los requisitos del antihipertensivo ideal y es por ello que existen tantos fármacos antihipertensivos.

Es de vital importancia enfatizar que el tratamiento farmacológico en la HAS no suple al tratamiento no farmacológico, sino que cuando se requiere, siempre debe prescribirse además de la modificación de los factores de riesgo, estilos de vida y dieta del paciente.

En términos muy generales se consideran cuatro grandes acciones terminales mediante las cuales los diversos fármacos antihipertensivos producen su efecto de disminuir la tensión arterial:
Disminución del volumen circulante.
Disminución del tono simpático-adrenérgico.
Vasodilatadores (directos o indirectos).
Efectos combinados.
Los medicamentos empleados en el tratamiento antihipertensor son muy variados y pueden clasificarse de diferentes formas.
En el cuadro 2 se muestran los principales grupos de fármacos antihipertensivos y algunos de los fármacos más representativos de ellos, agrupados con un enfoque farmacológico tradicional.

Cuadro 2. Fármacos antihipertensivos más utilizados

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